¿Te has dado cuenta de cuan acompañados estamos en espacios cerrados?

Los microorganismos se pueden encontrar en cualquier lugar cerrado, incluyendo espacios como quirófanos o en naves espaciales. Tradicionalmente se consideraba que este grupo de microorganismos presentes en nuestros espacios eran dañinos para la salud y debían de ser eliminados. Sin embargo, nuestra comprensión sobre su papel en nuestras vidas ha ido cambiando y actualmente se considera que los espacios cerrados, como nuestras casas, contienen su propio microbioma y la composición de este influye de alguna manera en la salud de las personas que lo habitan.

Como esperarían, cada espacio de nuestros hogares va a tener diferentes grupos entre ellos. Los microorganismos presentes en nuestra cocina son diferentes de nuestras habitaciones o salas; por lo que nunca encontraríamos dos lugares en nuestra casa o en otros hogares que comparten el mismo microbioma. Los factores como el material del que están hechos, cuántos cuartos hay, cuántas personas viven, si hay mascotas, y otras muchas variables, harían que cada espacio sea único. Y la principal fuente de este microbioma somos nosotros mismos, somos como un vehículo que transporta miles de microorganismos entre lugares y los dejamos a donde quiera que vayamos. 

Se ha demostrado que tienen tanta importancia en la salud, que consideran que compartir espacios y lograr que exista una interacción entre microbiomas del cuerpo con el entorno ayudaría a mejorar la salud de una persona. Por ejemplo, se ha encontrado que tratar de eliminar en su totalidad a los microorganismos en hospitales ha hecho que las bacterias patógenas que vienen de los pacientes generen resistencia, ya que se encuentran en un espacio libre para crecer; en cambio si se dejara que bacterias propias del ambiente que son inofensivas se lograría tener un mayor control y disminución de las bacterias patógenas y evitar que creen resistencia. 

Con todo ello, es muy probable que en un futuro se busque que estos espacios cerrados, donde pasamos gran parte de nuestra vida, busquen la presencia de microorganismos beneficiosos y reduzcan a los dañinos. (Rodríguez Gómez, 2023)

Referencias:

Rodríguez Gómez, J. (2023). La microbiota de los edificios. En G. Álvarez Calatayud, & F. Guarner Aguilar, Microbiota, probióticos y prebióticos (págs. 157-160).